Primero el niño cuenta un cuento; después el terapeuta cuenta su propia versión, usando los mismo personajes del niño pero ofreciendo una mejor solución. Dado que la historia es una proyección, por lo general refleja algo de su situación de vida. Cada cuento finaliza con una lección o moraleja derivada de la situación narrativa. Al usar esta técnica es importante saber algo sobre el niño y su vida, y entender rápidamente el tema principal de su historia.
"Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer. Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se quiere contar."
Juan Rulfo
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